La dedicación total al arte lácteo y las tradiciones transmitidas
con paciencia de padre a hijo nos permiten hoy obtener excelentes productos, con un sabor verdadero y natural, inmediatamente reconocible y distinguible, capaces de satisfacer el paladar de los consumidores más exigentes.
Esto también se debe a los méritos de nuestro paisaje natural y al aire virgen del Sila que transfiere características organolépticas únicas e irrepetibles a nuestros productos; productos que ahora son muy raros debido a la creciente estandarización y globalización hacia la cual están impulsando la distribución a gran escala y las políticas de liberalización adoptadas por los gobiernos de la UE, independientemente de contribuir a la destrucción de la economía local y la desaparición de las tradiciones rurales, que han hecho la historia de nuestro tierra.
Nuestro objetivo es dirigirnos directamente al consumidor final, adhiriéndonos a los modelos de cadena corta y cero kilómetros, estableciendo una relación de confianza.